«Serguei Mijailovich Eisenstein (1898-1948) y Peter Greenaway (1942) son, salta a la vista, dos directores muy distintos entre sí. Pero hay un punto en el cual la obra de ambos cineastas revela una semejanza su concepción del encuadre derivada indudablemente del cuadro pictórico. Sus películas no se pueden entender sin tener en cuenta que, previa a la existencia del cine, está la pintura».
La pintura en el cine (1995). Aurea Ortiz y María Jesús Piqueras. Paidós
La vida de algunos afamados artistas plásticos ha servido para nutrir al cine de tramas y episodios únicos, que recrean los entornos sociales y culturales en los que se insertan sus producciones y logros. Aspectos íntimos e inherentes a sus privativas cotidianeidades son los ejes sobre los cuales se articulan los respectivos relatos, alcanzando rangos estéticos por los contenidos y puestas en escenas de cada una de las siguientes películas.
La agonía y el éxtasis
Dirección: Carol Reed
Año: 1965
País: EEUU
Reparto: Charlton Heston, Rex Harrison, Diane Cilento, Harry Andrews, Alberto Lupo.
Carol Reed firma uno de los grandes clásicos del cine histórico. El papa Julio II y Miguel Ángel, viven entre el tormento y el éxtasis, una de las peleas artísticas más sonadas de la historia. Basado en la biografía que escribió Irving Stone, y en textos de Vasari y de Giovanni Papini sobre el gran artista florentino Miguel Ángel Buonarroti, presenta realista y eficazmente el conflicto, representado magníficamente por Charlton Heston y Rex Harrison, cuyas fuertes personalidades les llevaban a entrar en continuo conflicto. Esta extraordinaria producción, calificada como una de las mejores películas de su época, es una soberbia dramatización del conflicto detrás de una de las máximas obras de arte de la humanidad.
Julio II fue un Papa más preocupado de aumentar su poder terrenal que de las penurias de su pueblo. Déspota y egoísta, perdonó no obstante todos los desplantes de Miguel Ángel, enfurecido con el Pontífice por verse obligado a abandonar sus esculturas para pintar la bóveda de la Capilla Sixtina. Y es que a pesar de que Miguel Ángel jamás estuvo seguro tener auténtica valía como pintor, Julio II sabía que sólo él podría conseguir la impresionante obra de arte que aún hoy admiramos.
Aunque ni libro ni película tratan demasiado el contexto histórico de la Europa de aquella época, ambos son imprescindibles. Las escenas que muestran a Miguel Ángel sufriendo en lo alto del andamio, con la pintura goteándole sobre la cara, es un momento de enorme emotividad para los amantes del arte, al igual que los trabajos en «estarcido», ese dibujo agujereado para poder traspasarlo con carbón sobre el yeso de la pared.
Moulin Rouge
Dirección: John Huston.
Año: 1952.
Pais: EEUU.
Reparto: José Ferrer, Zsa Zsa Gabor, Colette Marchand, Claude Nollier, Katerine Kath, Suzanne Flon, Christopher Lee, Peter Cushing.
La película nos cuenta la vida de Henri de Toulouse-Lautrec, uno de los más geniales pintores de todos los tiempos, y el primer artista que en vida pudo exponer su obra en el Louvre. En el Moulin Rouge el pintor se encuentra como en su propia casa, rodeado de artistas del espectáculo que le hacen olvidarse de sus propias desgracias ofreciéndole su afecto y comprensión. Toulouse-Lautrec, hundido por su malformación física, únicamente encuentra consuelo en su arte y en la botella.
Uno de los temas importantes del film es el que tiene que ver con su deformidad (mediante flash-backs que evocan su traumática infancia y el apego a su madre) y el rechazo que produce, que le lleva a una relación de dependencia extraña de la compañera de baile de La Goulue, que pocos años más tarde aparece no sólo sumida en la miseria sino también despreciada e incluso perseguida por otras personas que se hallan en análoga situación.
El color de la película de John Huston, Moulin Rouge, está inspirado en el de los pintores impresionistas franceses. Como operador de fotografía, Oswald Morris ofrece una iluminación y gama cromática que en todo momento evoca en la pantalla la pintura de Lautrec.
«Iba a intentar utilizar el color en la pantalla como Lautrec lo utilizaba en sus pinturas y así nuestra idea era allanar el color, presentarlo en planos de matices sólidos, y deshacernos de los reflejos y de la impresión de una tercera dimensión que presentaba el modelado». (Huston)
Y a todo esto debemos añadir también la magnífica banda sonora compuesta por Georges Auric, y dos magníficos números musicales, El Can-Can, y la canción compuesta por Auric, It´s april again.
Un momento que refleja la relación del artista y su obra, cuando Toulouse-Lautrec percibe que Marie estaba con él sólo por su dinero, intenta suicidarse abriendo el gas de las lámparas y cerrando la ventana del cuarto. De repente mira sus cuadros y, ante un lienzo a medio pintar, le llega la inspiración, abre la ventana y ese día ve la vida de otra forma.
La pasión de Camille Claudel.
1987. Francia. 170 min.
Director: Bruno Nuytten
Guión: Bruno Nuytten y Marilyn Goldin
Música: Gabriel Yared
Intérpretes: Isabelle Adjani (Camille), Gérard Depardieu (Rodin), Alain Cuny, Madeleine Robinson, Roger Planchon, Philippe Clévenot.
La película viaja por la vida y obra de Camille Claudel, hermana de Paul Claudel, precoz e inteligente escultora, amante de las artes en el sentido más amplio y rico, y compañera durante más de 10 años del también escultor, Auguste Rodin. El film es la biografía de la escultura Camille Claudel, centrándose en la lucha interior de la artista y su relación con Rodin. Camille sintió desde muy niña gran pasión por el arte y en especial por la escultura a la que dedicó gran parte de su vida. El escultor Auguste Rodin fue su maestro y Camille se convirtió en su inspiración, su musa, y con el que inició una tormentosa relación protagonizada por las numerosas crisis y rupturas. La escultora tuvo una vida agitada sentimentalmente y lo reflejó en su obra, una vida en la que también echaba un pulso a su propia libertad en una sociedad que no se ajustaba a sus ideas. En sus últimos días vivió como una mendiga y finalmente fue internada en un psiquiátrico por sus problemas mentales. Es en este episodio donde la actriz da lo mejor de sí misma en una película en la que combina registros de gran amplitud.
Se hace una dura crítica de Rodin, presentado como un personaje que manda esculturas a otros artistas para luego firmarlas como si fueran suyas. Camille en el film le echa en cara todo esto a Rodin dando a entender que es un fraude como artista ya que se queda la fama que les corresponde a otros.
Incluso, tras su reclusión, Rodin se quedo con sus obras las cuales se llego a atribuir como propias, algunas de ellas se acabo demostrando que la autora era Camille.
El loco del pelo rojo
1956. EEUU. 122 min.
Director: Vincente Minnelli
Guión: Norman Corwin
Reparto: Kirk Douglas, Anthony Quinn, James Donald, Pamela Brown, Everett Sloane, Jill Bennett, Henry Daniel, Niall McGinnis
Dirigida por Vincent Minnelli e impregnada con colores del mar, el campo y el cielo de Van Gogh, El Loco del Pelo Rojo capta el éxtasis del arte y la agonía de la vida de un hombre.
Tras el éxito de Moulin Rouge (1952), de John Huston, sobre la vida del pintor impresionista Toulouse Lautrec, MGM compró los derechos cinematográficos de la obra de Irving Stone para rodar la vida de Vincent Van Gogh. Se encargó la dirección a Vincente Minnelli, que deseaba hacerla pues se identificaba con él en su pasado de pintor.
Para no caer en los fallo de otras películas sobre pintores, acordaron que las reproducciones de los cuadros de Van Gogh se hicieran a la perfección. Para ello fotografiaron los cuadros originales en placas de gran tamaño y se proyectaban por debajo de unas mesas especiales con el tablero traslúcido, daban pincelada a pincelada, con gran minuciosidad y perfectos resultados. Cuidaron también los colores y el tipo de película y el revelado. Con el tiempo se ha perdido bastante el minucioso cuidado puesto en la reproducción de los colores originales y desde hace tiempo las copias que circulan tienen muy poco que ver con el colorido obtenido originalmente por Minnelli.
Durante el rodaje modifican el guión según fueron descubriendo la verdad histórica y los escenarios reales donde vivió el pintor los últimos años de su vida, recorrieron los verdaderos lugares donde pintó, en el pueblo natal, visitaron el manicomio donde estuvo internado Van Gogh para rodar en él y leyeron el historial clínico del pintor.
Encarnado por Kirk Douglas, la película narra las tribulaciones de Van Gogh desde sus comienzos en su iglesia y su misticismo hasta su relación con los pintores impresionistas, sobre todo Gauguin, sus primeros contactos con la pintura en su país natal (en la cual dibujaba a los campesinos realizando la tareas más cotidianas), sus inestables relaciones amorosas y amistosas y el vínculo afectivo más importante que mantuvo en su azarosa existencia, su hermano Theo, familiar que le ayudó durante toda su vida tanto como apoyo emocional como sustento económico para que Vincent pudiera sobrevivir en el lugar donde estuviese, fuese Holanda, Arlés o París. En tales lugares procuró desarrollar su genio pictórico en contacto con otros artistas (Seurat, Monet, Pisarro o su mejor amigo, Paul Gauguin, intepretado magníficamente por un Anthony Quinn que sería premiado con el Oscar al mejor actor secundario) y bajo la presencia de su mejor influencia: los fenómenos naturales, la luz, el sol, el viento, las estrellas....todo ello expresado con su vigorizante sentido del color y su trazo grueso y ondulante.
Los amantes de Montparnasse
1958. Francia, Italia. 115 min.
DIRECTOR. Jacques Becker
GUIÓN. Henri Jeanson, Jacques Becker
MÚSICA. Georges Van Parys
FOTOGRAFIA. Christian Matras
INTÉRPRETES. Gérard Philipe, Lilli Palmer, Anouk Aimée, Lila Kedrova, Arlette Poirier, Pâquerette, Marianne Oswald, Judith Magre, Denise Vernac, Robert Ripa, Jean Lanier, Chantal De Rieux, Jany Clair, Antoine Tudal, Bruno Balp
Es una película biográfica sobre la mísera existencia de uno de los más famosos pintores del siglo XX: Modigliani, obligado a vivir en la más absoluta miseria malvendiendo sus cuadros para sobrevivir de mala manera y hundirse cada vez más en el alcohol; también su vida amorosa oscila entre el amor de una joven pura e ingenua que ama sin límites al artista y el de una rica y poco escrupulosa escritora americana que sólo busca en él la aventura, aunque ayuda al pintor más de una vez cuando entra en una de sus crisis. Una vida así no podía terminar más que de la manera más trágica y miserable, muriendo como un perro en una calle de París, mientras un avispado marchante de arte, como un ave carroñera, espera su muerte para expoliar sus cuadros, consciente de que un día valdría mucho dinero. Describe creo que con bastante fidelidad lo que fue a grandes rasgos la calamitosa situación de Modigliani en Montparnasse, y probablemente se acerque bastante a su personalidad real, justificada por su modo de vida.
Quizás subiría algo su valor si se hubiesen aligerado algunos tópicos y se hubiesen introducido algunos fragmentos que versaran sobre la obra de Modigliani, más allá de las crónicas embriagadoras de su estilo de vida, arquetipo clásico del artista en el imaginario social. Al mismo tiempo la película actúa como crítica válida con el arte que poco tiene que ver con las cabezas y sí con los bolsillos y la especulación.
De un diálogo de la película
Modigliani, Sboro (su marchante) y Jeanne (la mujer de Modigliani y gran pintora ella misma) van en un taxi camino del Hotel Ritz para entrevistarse con un millonario estadounidense que parece que les va a comprar algunos cuadros.
Sboro: Ponte esto (le dice a Modigliani, y le da una corbata).
Modigliani: ¿Hay que disfrazarse de rico para vender un cuadro?
Sboro: A los americanos hay que causarles buena impresión.
Modigliani: Pero ponerme corbata por un tipo que igual no compra nada...
Sboro: Acabo de verlo y parece decidido. Quiere conocerte.
Modigliani: Sí, regateará, hablará, nos hará volver...
Sboro: Imposible. Esta noche se vuelve a Nueva York... No sabrías qué hacer con tanto dinero.
Modigliani: En mi situación, vendería todos mis cuadros por un bocadillo.
Sboro: Nada de tonterías, ya hablaré yo. Tu no abras la boca...Bueno... ¡Mira como vas!...
Modigliani: ¿Vas a vender mi pintura o mi imagen? No soy una puta.
Andreï Rubliev
1966. URSS. 186 min.
Director: Andrei Tarkovsky
Guión: Andrei Tarkovsky y Andrei Mikhalkov Konchalovsky
Fotografía: Vadim Youssov (BN)
Música: Vyacheslav Ovchinnikov
Intérpretes: Anatoli Solonitsyn (Andrei Rublyov), Ivan Lapikov (Kirill), Nikolai Grinko (Danil Chorny), Nikolai Sergeyev (Teofanes el griego), Irma Raush Tarkovskaya (la sordo muda - Durochka), Nikolai Burlyayev (Boriska), Yuri Nazarov (El Gran Príncipe),
Andrei Rublev, pintor de iconos ruso del s. XV, sirve a Tarkovski como reflexión sobre la creación artística y la labor social del artista frente al poder. Nos muestra un mundo brutal, violento, de religiosidad cuestionada; un mundo, en Rusia, donde príncipes hermanos luchaban por un trono y el pueblo se mataba a sí mismo en guerra tras guerra. Se divide en tres partes de la supuesta pasión según Andrei y cada uno de estos a su vez se dividen en episodios de la vida del pintor de iconos y de interiores de iglesias y catedrales bizantinas rusas.
El monje pintor acude junto con sus compañeros a Moscú para pintar los frescos de la catedral de la Asunción del Kremlin. Fuera del aislamiento de su celda, pronto comenzará a percatarse de las torturas, crímenes y matanzas que tienen aterrorizado al pueblo ruso. Pierde su fe y se sumerge en el silencio, frustración que le lleva a dejar de pintar. Sólo al encontrarse con un niño constructor de campanas entenderá que dejó que su dolor personal y su soledad se antepusieran a su deber creador como artista. Así regresó a los pinceles y, mediante sus iconos, sus imágenes sagradas, se acercó a un Dios que nunca se muestra plenamente.
En el epílogo, con música coral, se ven una serie de planos en que van mostrando diversas partes de iconos costumbristas, historiados hasta llegar con planos medios a mostrarnos la gran Trinidad de Rublev, culmen de su arte. Para no finalizar en tono triunfalista, vuelve a una nueva transición al blanco y negro, a la oscuridad, a la niebla, para terminar en una imagen desenfocada de unos caballos en el barro. El arte y la trascendencia no nos debe alejar ni olvidar el plano terreno del mundo. La película aparece en todas las listas de las mejores películas de la historia del cine.
Frida, naturaleza viva
1984.México. 115
Dirección: Paul Leduc
Intérpretes: Salvador Sánchez, Ofelia Medina, M. Kerlow, J. J. Gurrola
Frida Kahlo (México, 1907-1954) pintora mexicana. Aunque se movió en el ambiente de los grandes muralistas mexicanos de su tiempo y compartió sus ideales, Frida Kahlo creó una pintura absolutamente personal, ingenua y profundamente metafórica al mismo tiempo, derivada de su exaltada sensibilidad y de varios acontecimientos que marcaron su vida. Orgullosa de su mexicanidad y de su tradición cultural, se enfrentó a la reinante penetración de las costumbres estadounidenses, todo ello mezclado con un peculiar sentido del humor.
A los dieciocho años Frida Kahlo sufrió un gravísimo accidente que la obligó a una larga convalecencia, durante la cual aprendió a pintar, y que influyó con toda probabilidad en la formación del complejo mundo psicológico que se refleja en sus obras. Contrajo matrimonio con el muralista Diego Rivera, tuvo un aborto (1932) que afectó en lo más hondo su delicada sensibilidad y le inspiró dos de sus obras más valoradas: Henry Ford Hospital y Frida y el aborto, cuya compleja simbología se conoce por las explicaciones de la propia pintora. También son muy apreciados sus autorretratos, así mismo de compleja interpretación: Autorretrato con monos, Las dos Fridas.
Basquiat
1996. EEUU.
106 mun.
Director y guión: Julian Schnabel
Fotografía: Ron Fortunato
Música: Charlie Parker, Tom Waits
Reparto: Jeffrey Wright, David Bowie, Dennis Hopper, Gary Oldman, Courtney Love, Benicio del Toro, Willem Dafoe, Michael Wincott, Claire Forlani, Parker Posey, Tatum O’Neal, Sam Rockwell, Christopher Walken
La corta, tumultuosa vida del pintor Jean-Michel Basquiat, su meteórico ascenso a la fama y su trágica muerte a los 27 años de una sobredosis de heroína, recreada en celuloide por un íntimo amigo del artista.
En grandes pinceladas conocemos al Basquiat bohemio, enemigo de la sociedad de la clase media burguesa; sus comienzos como artista de graffiti bajo el pseudónimo «Samo»; su fascinación con la subcultura de las drogas; su repentino estrellato; su amistad con Andy Warhol; y su atormentada relación con su madre, paciente mental que reside en un convento.
Exitoso debut como realizador del pintor Julian Schnabel, quien nos proyecta la vida y época del excéntrico artista a quien el New York Times llamara «el James Dean del mundo del arte». Apoyado por un reparto fabuloso, Schnabel retrata el conflicto entre un genio rebelde incomprendido y la sociedad materialista que le rodea en el muy singular mundo del arte neoyorkino.
Visualmente la cinta refleja el trasfondo pictórico de su director. Imágenes casi surrealistas muestran la chispa visual que alimentaba el arte de Basquiat.
Goya en Burdeos
1999. España. 104 min.
Director y guión: Carlos Saura
Música: Roque Baños
Fotografía: Vittorio Storaro
Reparto: Francisco Rabal, José Coronado, Maribel Verdú, Eulalia Ramón, Dafne Fernández, Mario de Candia, Franco di Francescantonio, La Fura dels Baus
La historia sucede en la segunda mitad del Siglo XVIII y comienzos del XIX. Goya fue testigo de intrigas políticas y románticas en los últimos años de la invasión napoleónica en España. El exilio en Burdeos y el comienzo de sus pinturas oscuras y macabras, en sus postreros años de su vida, son el comienzo del film con un Goya sordo e interpretado por Rabal. Los recuerdos de su juventud y los flashbacks en su narración hacia su hija Rosario, muestran al joven artista en los vericuetos de la corte. Principalmente sus recuerdos refieren a su persecución de Cayetana, la Duquesa de Alba. A los 82 años, exiliado en Burdeos junto a Leocadia Zorrilla de Weiss, la última de sus amantes, Francisco de Goya, reconstruye para su hija Rosario los acontecimientos que marcaron su vida, una vida en la que se suceden convulsiones políticas, pasiones emponzoñadas y el éxtasis de la fama. Recordará al Goya joven y ambicioso que lucha por subir los resbaladizos peldaños de la corte de Carlos IV, donde vivirá el reconocimiento y la fortuna, las intrigas de palacio y el juego de la seducción y la mentira. También rememorará a su único amor, la Duquesa de Alba, una mujer que redibujó su vida y la historia de su tiempo, y cuya existencia quedará truncada por el veneno de las conspiraciones.
Pollock
2000. EEUU. 132 min.
Dirección: Ed Harris
Guión: Barbara Turner y Susan J. Emshwiller; basado en el libro "Jackson Pollock: An american saga" de Steven Naifeh y Gregory White Smith.
Música: Jeff Beal.
Fotografía: Lisa Rinzler.
Interpretación: Ed Harris (Jackson Pollock), Marcia Gay Harden (Lee Crasner), Amy Madigan (Peggy Guggenheim), Jennifer Connelly (Ruth Kligman), Jeffrey Tambor (Clement Greenberg), Bud Cort (Howard Putzel), John Heard (Tony Smith), Val Kilmer (Willem DeKooning), Robert Knott (Sande Pollock), Matthew Sussman (Reuben Kadish)
Es la recreación de la vida de los amantes y artistas contemporáneos Jackson Pollock y Lee Krasner (de la escena artística de Nueva York), que escapan al campo para contraer matrimonio y, muy pronto, Pollock comienza a crear el arte que lo convirtió en el primer pintor del modernismo dentro de los Estados Unidos. En la década de los cuarenta, ya estaban en el centro de la escena artística de Nueva York.
En agosto de 1949, la revista Life publica el siguiente titular: «Jackson Pollock: ¿el mejor pintor vivo de los EE.UU.?» El artículo incluía fotografías de Pollock en su famosa pose: chaqueta negra y vaqueros azules, brazos cruzados sobre el pecho y uno de sus lienzos detrás de él. Conocido por entonces en el círculo artístico de Nueva York, Pollock se convirtió a partir de entonces en una de las primeras estrellas del arte en EE.UU., y su estilo radical de pintura consiguió cambiar el rumbo del arte moderno.
Paralelamente, la vida de los dos pintores tuvo sus altibajos, mientras que Krasner deja a un lado su trabajo para impulsar la carrera de Pollock, él comienza a revelarse emocionalmente, pues los tormentos que marcaron la vida del artista (quizá los mismos que lo llevaron a pintar desde el principio) continuaron persiguiéndole. Mientras lucha contra su falta de confianza en sí mismo, en una batalla entre la necesidad de expresarse y el deseo de silencio, Pollock comienza a recorrer una espiral hacia abajo que lo llevará a destruir los fundamentos de su matrimonio y su carrera.
La joven de la perla. Dirección: Peter Webber
2003. Reino Unido. 95 min.
Guión: Olivia Hetreed; basado en la novela de Tracy Chevalier.
Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Eduardo Serra.
Montaje: Kate Evans.
Interpretación: Colin Firth (Johannes Vermeer), Scarlett Johansson (Griet), Tom Wilkinson (Van Ruijven), Judy Parfitt (Maria Thins), Cillian Murphy (Pieter), Essie Davis (Catharina), Joanna Scanlan (Tanneke), Alakina Mann (Cornelia), David Morrissey (Van Leeuwenhoek), Anna Popplewell (Maertge).
Esta película es la adaptación de la novela de Tracy Chevalier del mismo nombre, que a su vez se basa en un cuadro de Johannes Veermer, también del mismo nombre. donde el gran reto parece consistir en trasladar la atmósfera y el misterio que inundan los lienzos del pintor al celuloide; así como robar la mirada de la actriz que encarna a la modelo del cuadro como lo hiciera el que la retratara con sus pinceles. Con todos estos precedentes la película ha de transpirar arte por todos sus poros y así es. Durante el metraje podemos observar diversos cuadros del pintor holandés. La fotografía del portugués Eduardo Sierra es simplemente deslumbrante y ayuda a darle ese toque pictórico. Es como ver un cuadro en movimiento. Hay que destacar la poca luz artificial con la que parece haberse rodado. Hay muchos interiores que se ven iluminados únicamente por los ventanales exteriores. La banda sonora acompaña a la historia de forma sutil.
No es el cuadro, sino la chica que lo inspira la que lleva el peso de la historia a mediados del siglo XVII. Esta joven se llama Griet y entra a servir en la casa del pintor, que pasa por una pequeña crisis (sólo pintó 35 cuadros en su vida, así que su ritmo nunca fue muy rápido, similar al de tener hijos, ya que tuvo 14). La relación entre el pintor y la reprimida sirvienta va ganando en intensidad al ir ella descubriendo su pasión por la pintura y él encontrar la inspiración tan perseguida. Pero esto no gustará a la mujer del pintor ni a la hija, que intentarán hacer la vida imposible a la joven Griet. No así la suegra, que ve que si su yerno no pinta, no pueden mantener el ritmo de vida, por lo que favorece la relación.
La kermesse héroique
1935. Francia. 115 min.
DIRECTOR: Jacques Feyder
GUIÓN: Jacques Feyder & Charles Spaak
MÚSICA: Louis Beydts
FOTOGRAFÍA: Harry Stradling, Louis Page, André Thomas
REPARTO: Françoise Rosay, Jean Murat, Louis Jouvet, Micheline Cheirel, Lyne Clévers, Alfred Adam
Es una pequeña obra maestra realizada por Jacques Feyder en 1935. La pequeña villa holandesa de Boom se está preparando para sus festejos anuales o Kermesse, en los inicios del siglo XVII, en los momentos en que aquel territorio, por motivos religiosos, políticos y económicos, se había sublevado contra la corona de España. Es la conocida como Guerra de Flandes (1568-1648), que más tarde se extendió por toda Europa Central en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648).
Los habitantes del pueblo se preparan para la guerra, mientras un grupo de notables posa para un cuadro que se parece mucho a «La Ronda Nocturna» de Rembrandt. Cuando se enteran de que un Tercio Español va a pasar por allí, se imaginan las grandes atrocidades que se producirán y por temor, el alcalde finge su muerte y los hombres de la villa, excepto Julien Breughel, el pintor, deciden esconderse y dejan a las mujeres indefensas ante la llegada de los invasores.
Las mujeres reciben a las tropas en plena preparación de la Kermesse, y descubren que los españoles no son tan sanguinarios como pensaban, que son corteses y caballerosos. Se celebra la Kermesse, cuyas escenas están basadas en los cuadros de Brueghel (muy parecido el nombre al del pintor protagonista). Es curiosa una escena, en la que los españoles llegan a ver el cuadro que se estab pintando y comienzan a discutir sobre su estilo artístico. Cuando los españoles se van, vuelven los hombres del pueblo, pero ya las relaciones no serán las mismas, pues las mujeres recuerdan los agradables momentos pasados con los españoles. El pintor, Julien Breughel, además había aprovechado para casarse con la hija del «fallecido» alcalde, bendecidos por el general español y con el beneplácito de la «viuda».
YO DISPARÉ A ANDY WARHOL
Año: 1996.- Estados Unidos.
Director: Mary Harron.
Intérpretes: Lili Taylor, Jared Harris, Stephen Dorff, Martha Plimpton, Lothaire Bluteau, Anna Thomson, Myriam Cyr y Tahnee Welch.
Guión: Mary Harron y Dan Minahan.
Fotografía: Ellen Kuras.
Música: John Cale.
La película narra la trayectoria vital de Valerie desde el periodo en el que comienza a dar forma a su conciencia feminista hasta el tiroteo contra Warhol. Fueron años en los que vivió en la marginalidad, rodeada de un mínimo círculo de amistades, y en medio de una penuria económica absoluta.
A mediados de la década de los 60, Valerie conoce a Andy Warhol y entra en contacto con la Factoria. En un primer momento, es acogida como un personaje más del entorno del pintor, y Valerie ve en ello una manera de divulgar su manifiesto. Pronto, se tornará un personaje molesto para los miembros de la Factoria, y Valerie reacciona tratando de asesinar a Warhol.
Andy Warhol es un personaje imprescindible para comprender el arte de la segunda mitad del siglo XX. Odiado y admirado a partes iguales, tanto su personalidad como su obra están siempre en el centro del debate.
Carrington
Año: 1995 - Gran Bretaña.
Director: Cristopher Hampton.
Intérpretes: Emma Thompson, Jonathan Pryce, Rufus Sewell, Janet McTeer, Penelope Wilton, Jeremy Northam y Alex Kingston.
Guión: Cristopher Hampton.
Fotografía: Denis Lenoir.
Música: Michael Nyman.
Duración: 120 minutos.
Narra la relación humana y sentimental que unió a la pintora inglesa Dora Carrington (o, más simplemente, Carrington como era conocida en su círculo íntimo) y el escritor Lytton Strachey. Se trató de una relación atípica puesto que Lytton era homosexual, mientras que Dora concibió la homosexualidad de una manera extraordinariamente liberal para su época.
Pese a ello, la unión entre ambos fue tan intensa que Dora Carrington llegó a renunciar en gran parte a su carrera como pintora para cuidar de la frágil salud de Lytton Strachey. Dos meses después de la muerte de Lytton, Carrington se quitaría la vida.
La película comienza una tarde de 1915 cuando Lytton Strachey realiza una visita a la casa de Clive y Vanessa Bell donde, casualmente, conoce a Carrington, una joven pintora de aspecto andrógino y queda fascinado. Todos pertenecen al círculo del Grupo de Bloomsbury, integrado por intelectuales intelectuales ingleses opuestos a la rígida moral británica de la época.
A partir de ese momento, y hasta 1932, Lytton y Carrington se convierten en seres inseparables, compartiendo sentimientos y experiencias.
Hola profe! Usted no me reconocerá aún, porque lo conocí ayer XD. Soy una alumna del IAVA. Como imaginé cuando dijo que tenía un blog, es muy interesante todo lo que sube. Ahora no tengo mucho tiempo para revisarlo, pero más tarde lo leeré. Vi un par de veces la película 'La Joven de la Perla'. Está muy buena. Las otras aún no las he visto.
ResponderEliminarBueno, yo tengo un blog también, pero no tiene una función exacta, simplemente pongo cosas que se me ocurren poner. Pero es bienvenido si quiere pasarse, aunque no haya nada realmente útil. No sé si le parece bien, pero creo que le vendría bien en su blog una especie de caja de chat, algunas personas prefieren dejar comentarios ahí y es más cómodo.