Hola a tod@s, bienvenidos a mi blog HOMOARTIS.
Este espacio está pensado fundamentalmente para mis alumnos Historia del Arte e Historia del Teatro.
HOMOARTIS pretende ser un espacio abierto donde podamos compartir nuestro amor por el Arte en sus múltiples formas, y su desarrollo a lo largo de la Historia, como disciplina creativa y expresiva del Hombre.
Espero que este blog crezca con sus comentarios y sugerencias.
Durante más de 20.000 años, la cueva de Chauvet permaneció totalmente aislada del mundo debido al derrumbamiento de una pared de roca en su entrada. Su interior, incrustado de cristales, tiene el tamaño de un campo de fútbol y está sembrado de restos petrificados de mamíferos gigantes de la Edad de Hielo.
Director, Narrador y Director: WERNER HERZOG Productores: ERIK NELSON, ADRIENNE CIUFFO Director de fotografía: PETER ZEITLINGER Música: ERNST REIJSEGER Duración: 90 MINUTOS Año: 2010 Nacionalidad:ESTADOS UNIDOS Género: Documental Formato:3-D COLOR Distribución en España: Wandavision
En 1994, los científicos descubrieron las cavernas y en ellas encontraron cientos de pinturas rupestres en perfecto estado. Obras de arte espectaculares que tienen más de 30.000 años (casi dos veces más que cualquier descubrimiento de estas características). Estas obras se remontan a una era donde los Neandertales aún vagaban por la tierra y los osos, mamuts y leones de la Edad de Hielo eran las poblaciones dominantes de Europa. Desde entonces, sólo un pequeño grupo de personas ha tenido acceso a la Cueva de Chauvet. Antes de que Herzog lograra entrar, su contenido pasó casi desapercibido. Al filmar en 3D, Herzog ha logrado captar el asombro y la belleza de uno de los lugares más sobrecogedores del planeta, un emplazamiento que le invitó a meditar sobre sus habitantes originales, el nacimiento del arte y los curiosos visitantes que visitan la cueva en la actualidad.
El cineasta Werner Herzog ya sorprendió con su última película documental Encuentros en el fin del mundo. Con La Cueva de los Sueños Olvidados el director reconoce haber hecho realidad un sueño de juventud. Herzog cuenta que "Mi despertar intelectual y espiritual está conectado a las pinturas rupestres de una cueva del Paleolítico. A los doce años, en el escaparate de una librería, descubrí la portada de un libro en el que aparecía el dibujo de un caballo, perteneciente a la Cueva de Lascaux. Me invadió un entusiasmo indescriptible: quería ese libro; necesitaba tenerlo. Como mi paga de niño era 1 dólar al mes, empecé a trabajar como recoge-pelotas en las pistas de tenis y le pedía dinero prestado a mis hermanos. Por lo menos una vez por semana, con el corazón desbocado, me acercaba al escaparate para ver si el libro aún estaba allí. Aparentemente, creía que sólo existía ese. Me llevó más de medio año poder comprar y abrir aquel libro. El estremecimiento que sentí entonces nunca me ha abandonado".
Lo más llamativo de esta cueva es que de acuerdo con los métodos más precisos de datación sitúan su antigüedad de entre 32 y 30 mil años antes del presente, lo cual las convierte en el santuario de arte rupestre más antiguo del mundo. Pero no es sólo la antigüedad lo que llama la atención, sino que es sobretodo el estilo pictórico, ya que ese estilo más refinado jamás encontrado.
CUATRO TEORÍAS PARA ENTENDER LA PINTURA PALEOLÍTICA
1) De la burla a la belleza:
Mira, papa, toros
, dijo una niña de nueve años en 1879. Era la hija de Marcelino Sanz de Sautoula y los toros los famosos bisontes de Altamira. Con aquella frase comenzaba el descubrimiento de la pintura paleolítica que aún hoy no ha concluido, y mucho menos sus interpretaciones. Las primeras hipótesis quizás hoy nos llamen la atención. Tras varias visitas de expertos, en 1882 Harlé y más tarde Cartailhac concluyeron que las pinturas eran un fraude, acaso pintada por niños (aunque el propio Cartailhac reconocerá su error en 1902 en un famoso artículo: Mea culpa d´un sceptique). En esta apreciación influía el ambiente de la época, aún dominado por la religión que seguía explicando el origen del mundo desde el propio Génesis. Eran las teorías creacionistas que aún hoy, en algunos sectores ultraconservadores católicos, (Teoría del diseño inteligente desarrollada en 1987 en la unive.rsidad de Cincinatti) Los más avanzados, sin embargo, ya había comenzado a asimilar el mensaje evolutivo que había planteado Darwin en su Origen de las Especies (1859) y habían comenzado a estudiar la prehistoria de una manera más científica, aunque fuertemente condicionados por los prejuicios de la época. Nos encontramos en el final del XIX, en pleno colonialismo. Europa se siente muy superior a estas colonias y se comienza a establecer una idea de progreso histórico en donde África sería el comienzo y Europa el final del proceso que se podría trasladar a la historia como un progreso en donde la Prehistoria sería casi una edad infantil de nuestro planeta. Precisamente por ello no se podían admitir las pinturas paleolíticas o, como máximo se entendían como una simple actividad de ocio, sin ningún otro tipo de contenidos simbólicos (Lartet, 1864).
2) La magia simpática: A principios del siglo XX la antropología se había convertido en una ciencia respetada y el propio colonialismo había abierto un camino a la investigación: la antropología comparada (etnoarqueología), el estudio de las tribus en estado primitivo que les permitiría saber de sus comportamientos en entornos aún no contaminados por la civilización. Desde esta nueva perspectiva, Salomón Reinach (1903), tras el estudio unos aborígenes australianos, los aruntas, comenzó a establecer un origen mágico de las pinturas paleolíticas. Esta teoría fue estructurada y difundida por el abate Breuil. La idea de la que parte es sencilla: la magia simpática (lo que le ocurre a una imagen se produce también el individuo real, como ocurriría en la magia vudú). De esta forma, si se cazaban los bisontes en la cueva, esto se produciría también en la realidad, permitiendo así la pervivencia de la tribu. Las imágenes serían, por tanto, el centro de rituales mágicos que la tribu realizaría de una forma periódica. Para que esta magia simpática funcionase la pintura tenía que tener un fuerte grado de realismo (lo cual es cierto, pues son figuras policromadas, a veces utilizando el propio relieve de las rocas, bien proporcionadas y en movimientos reales). Para explicar la falta de una escena conjunta (cada animal parece ser pintado de forma aislada, sin crear una escena conjunta), Breuil argumentaba que las imágenes perderían su poder y deberían ser sustituidas por otras, que en muchas ocasiones se superponen.
3) Masculino-femenino: A mediados del siglo XX, el estructuralismo cambió por completo la forma de entender la investigación científica. Interesados en los mecanismos de la mente a la hora de relacionar ideas, establecer causas y consecuencias, los estructuralistas nos enseñaron a ver que cada época histórica ha creado unos esquemas mentales propios de entender la realidad y que no podemos aplicar el nuestro al paleolítico. Partiendo de estas ideas se comenzaron a entender las pinturas paleolíticas como una forma de simbolización del mundo, ajena a la idea utilitarista de la magia simpática. Primero Max Ráphael (1952) y más tarde Leroi-Gourhan (partiendo de las ideas de Levi-Strauss), estudiaron la distribución de las distintas especies en las cuevas, intentando asociarlas a símbolos masculinos (bisontes) y femeninos (caballo) e incluyendo los signos tectiformes (aquellos de forma abstractas) según su forma se refiera al sexo masculino y femenino. Por fin, al final de la cueva se colocarían los animales peligrosos (¿la muerte?).
4) Los estados alterados de conciencia. David Lewis-Willians Desde hace unos años (finales del XX) ha tomado auge una nueva interpretación más compleja en sus referentes, pues unen en ella la arqueología comparada, la neurología y, sobre todo, un fuerte sentido culturalista y de la teoría social (en parte herencia de los Estudios Culturales que emergieron con fuerza desde los 80).
La idea parte de que la nueva especie (el homo sapiens) triunfa sobre los anteriores neardenthales por la capacidad de crear y manejar un sistema simbólico mucho más complejo que le permitiría una mayor cohesión social al poder compartir estos símbolos, así como crear un nueva conciencia que les permitirá salir de su entorno e imaginar otros nuevos (entre ellos otro paralelo, el de los espíritus). Esta nueva conciencia daría paso a la Explosión Creativa o Revolución Humana que, sin embargo, no debemos entender tan sólo desde un punto de vista racionalista, sino también aquellas conciencias alteradas producidas por el sueño, la toma de drogas, la sugestió En este punto estos investigadores son deudores de la brecha abierta por Freud y, sobre todo, al pensamiento posmoderno y su pérdida de confianza a la razón, abriendo el abanico a muchas otras formas de percepción de la realidad. Una de las relaciones que se proponen es la del sueño y sus estadios. En las fases previa al estado REM (estados hipnagógicos), también los estados autistas producidos por la privación de sensaciones (meditación por medio de mantras, concentración en un punto), el ayuno, la ingestión de sustancias psicotrópicas o estados patológicos Todos ellos estados alterados de conciencia.
Todos estos rituales se asociarían al chamanismo que organizaría los estados alterados de conciencia, institucionalizándolos y creando así una organización social, como se advierte en la distribución de las distintas imágenes. Pues la cueva sería entonces un lugar profundamente ritualizado. La entrada lugar de toda la tribu, la zona de grupo reducidos, las zonas de chamanes (aquellas que producen una mayor privación sensorial para el trance). La propia estructura de la roca serviría como un lugar iniciático entre los reinos reales e imaginarios, la piedra una pura membrana en donde fosforecen estos signos (manos en negativo o positivo unión con el otro mundo. Ofrendas de dientes y lascas en las paredes). La creación de estas imágenes creadas en los estados alterados de conciencia explicaría la falta de entorno (pues son imágenes mentales no reales), la impresión de flotación, la perspectiva torcida (un puro procedimiento mental de reconstrucción de imágenes en la memoria pues se recuerda lo que se sabe y esto es la unión de numerosas visiones). Posiblemente todos estos rituales se acompañarían con música y movimientos repetidos, como se produce en muchas experiencias místicas, que servirían para acentuar el trance y darle una visión total.
Las primeras representaciones artísticas se ubican en el período de la Prehistoria denominado Paleolítico Superior, caracterizado por los cambios tecnológicos introducidos hace unos 40.000 años en extensas regiones de Europa y Asia, en relación con las herramientas de hueso y pedernal.
Respecto a la distribución geográfica del arte prehistórico, es cierto que la mayoría de los yacimientos se encuentran en el continente europeo. Por este motivo, tradicionalmente se consideraba que era Europa el lugar de origen de la actividad artística humana; hoy en día la cuestión parece menos clara, puesto que se han localizado restos muy antiguos en un área geográfica bastante más amplia, que incluye los continentes africano, asiático y americano.
Continúa siendo evidente, sin embargo, que numéricamente los restos europeos son predominantes. Una franja que discurre entre el sur de Francia y el norte de España (la cornisa cantábrica) acoge a una gran mayoría de hallazgos, y sin duda a los más espectaculares.
La subsistencia del hombre de este tiempo dependía de la caza y la recolección, lo que le significaba una vida nómada y en grupos que se calcula no sobrepasaban los 30 integrantes.
El principal soporte del arte paleolítico es la piedra, sobre la que se realizaban las pinturas murales y la mayoría de grabados y esculturas. Además de la piedra, también se utilizaban en ocasiones los huesos o los cuernos de los animales, y si existió, como no parece improbable, un arte realizado en otros materiales, éste no ha llegado hasta nosotros.
Podemos clasificar las obras de arte según estén realizadas directamente sobre las paredes de las cuevas, o bien formen parte del denominado arte mueble o mobiliar, es decir que puede ser transportado.
Pinturas y grabados rupestres, que a menudo aparecen combinados, pertenecen a la primera categoría. Dentro de la segunda destacan las pequeñas esculturas conocidas como venus, aunque también los motivos grabados sobre pequeñas placas de piedra o de algún otro material.
Al arte paleolítico le corresponde una duración superior a los 20.000 años, aproximadamente en el período entre hace 30.000 y 9.500 años. Los primeros objetos de arte datables de que disponemos se atribuyen a la cultura Auriñaciense (variante geográfica inicial dentro del Paleolítico Superior) y se encontraron en Vogelgerd, Alemania, en un nivel fecha a más de 30.000 años A.C. Una de las características del arte paleolítico es su homogeneidad, así como su fidelidad a fórmulas. Los dibujos rupestres, por ejemplo, se adscriben a un inventario concreto y éste persistió con muy pocos cambios a lo largo de todo el período en el que se decoraron cuevas. Tal continuidad durante un período tan largo resulta única en la historia del arte, y la única explicación que hay para ellas es que refleja la estabilidad social que suponemos en sus creadores.
El arte paleolítico en sí constituye el comienzo del arte, pero las piezas más antiguas que conocemos no son necesariamente los primeros esfuerzos artísticos del hombre. Las figuras de Volgerged, por ejemplo, aparecen ya tan terminadas que quizá deberíamos considerarlas como los primeros objetos subsistentes hechos de material durable (en este caso de marfil de mamut), que estuvieron precedidos por una serie experimental en madera. En un lapso de 20.000 años todas las obras se encuentran en todos los períodos; es decir que la escultura no precedió a la obra bidimensional, ni el grabado a la pintura.
De igual modo que no tuvo precursores, el arte paleolítico tampoco poseyó descendientes directos: las culturas del Mesolítico, que siguió al Paleolítico en Europa, produjeron poco arte y de tipo simple y rudimentario.
Pinturas y grabados rupestres
La pintura rupestre aparece sobre todo en el interior de las cuevas, que eran el hábitat predilecto de los hombres del paleolítico. Su distribución en ellas es un aspecto interesante, ya que parece que en determinadas épocas se prefirió decorar sus partes más externas, y en otras los lugares más profundos. En todo caso, los grabados sí parecen situarse siempre en las entradas, o bien en rocas situadas al aire libre. En estos abrigos abiertos también podemos encontrar pinturas, aunque su conservación es mucho más complicada debido a las inclemencias del tiempo.
Un aspecto técnico muy característico es el aprovechamiento de la superficie de la pared para definir o dar más fuerza al motivo representado. Es como si la forma accidentada de la roca hubiera indicado al artista el camino a seguir: una ondulación puede servir para representar el vientre de un animal, un pequeño agujero natural, ser utilizado como un ojo. La técnica del silueteado parece ser habitual: se dibujaban los contornos de las figuras en un tono generalmente oscuro, y luego se llenaban con color las áreas que quedaban dentro. Las pinturas pueden ser monocromas o combinar los colores básicos utilizados, el negro y el rojizo. Aunque fueran sólo dos, la gama de tonalidades conseguidas con ellas puede llegar a ser muy alta, incluso llegando al amarillo.
La pintura se obtenía de mezclar alguna materia grasa con minerales que proporcionaran el color deseado (carbón, manganeso, yeso), y se aplicaba a las paredes de distintos modos: con las manos; con plumas o cañas; con mechones de plantas o de pelos de animal, a modo de pincel; o bien con una especie de “lapices” o amasamientos de color (algo así como la moderna técnica del pastel).
Tanto en la pintura como en el arte mobiliar los temas representados son fundamentalmente tres: los animales, la figura humana y los signos. De los tres, sin duda el tema de los animales es predominante.
Los animales que se representan corresponden a los que vivían en Europa en el paleolítico superior, algunos hoy extinguidos, como el mamut por ejemplo. Aparecen más reiterados los animales herbívoros: caballos, bisontes, ciervos. Menos aparecen los carnívoros, como el oso o algún tipo de felino.
Bastante menos abundantes son las pinturas antropomorfas. Se agrega además que mientras en los animales la representación realista se da con mucha frecuencia, los seres humanos suelen representarse de forma más estilizada.
Entre las representaciones humanas cabe incluir también unas características manos “impresas” en las rocas. Pueden ser representadas en positivo o en negativo.
Las primeras se realizan presionando sobre la piedra la mano mojada en pintura, las segundas delimitando su contorno con una gran mancha de color. El significado de las manos es equívoco. Quizás en algunos casos sean la representación de algún lenguaje de signos. Otras veces parecen tener cierto sentido de posesión, por ejemplo cuando aparecen sobre figuras de animales.
El tercer tipo de tema representado es el de los signos, también de muy difícil interpretación debido a su enorme variedad; están presentes en todas las cuevas acompañando (quizás complementando) la pintura figurativa o bien en solitario. Algunos parecen ser abstracciones de cosas reales, como los que pueden parecer cabañas (llamados tectiformes) o los identificados como trampas para animales. Otros, quizás los más comunes, tienen un evidente contenido sexual.
Posibles interpretaciones de las representaciones rupestres
Tradicionalmente se pensaba que debían relacionarse con el mundo mágico-religioso, es decir que simbolizaban o formaban ellas mismas partes de rituales mágicos propiciatorios. Las tan habituales representaciones de animales podrían ser entonces prefiguraciones de las cacerías reales, en las que el artista pretendía tomar metafóricamente posesión de la presa antes de iniciar la caza. Sin embargo, la no correspondencia entre los animales pintados y los que realmente eran consumidos en las cuevas desvirtúa bastante esta hipótesis (a partir de los análisis de los restos de comida prehistórica encontrados en las cuevas).
La misma idea se puede aplicar a cierto tipo de figuras que serían alusiones a la fecundidad, como la representación de animales preñados o las composiciones de distintos signos de carácter explícitamente sexual.
Una teoría más moderna, desarrollada por A. Leroi-Gourham, interpreta los conjuntos pictóricos en un sentido único, es decir considerando que todos los motivos pintados o grabados de una cueva están relacionados entre sí. La decoración puede interpretarse entonces como una viva representación del entorno real del hombre del paleolítico, casi como un moderno paisaje, aunque un paisaje simbólico que incluye tanto escenas narrativas como motivos que aluden a conceptos más o menos abstractos, especialmente a la dualidad femenino-masculino.
En su día, esta teoría revolucionó el modo de estudiar el arte prehistórico, aunque también es verdad que ha recibido algunas críticas, sobre todo porque existen muchas cuevas en donde no es posible aplicarla (por ejemplo en las cuevas donde hay solamente signos).
El arte mobiliario
Las estatuillas denominadas venus son las figuras más características de los restos escultóricos del paleolítico. También son las más comunes aunque no las únicas.
Las venus son esculturas de piedra de tamaño reducido y de formas compactas, que miden entre 5 y 25 cm. Representan indudablemente mujeres, habitualmente desnudas y de formas muy rotundas: los pechos, el vientre, las caderas, los muslos y el sexo suelen destacarse mucho, mientras que por el contrario tanto la cabeza como las extremidades son muy sencillas, a menudo solamente esbozadas.
En general se trata de piezas de muy alta calidad, en las que se percibe un especial cuidado en la ejecución.
Se han encontrado básicamente dentro de las cuevas o lugares de hábitat.
Los hallazgos abarcan geográficamente un territorio muy amplio, entre Siberia y Europa, aunque son especialmente comunes en la zona central del continente europeo. Entre las venus más conocidas destacan las de Willendorf, Lespugue, Grimaldi o Menton, así como la realizada sobre hueso de Moravany (Eslovaquia).
Su abundancia presupone una notable importancia de la mujer en las actividades sociales y religiosas del paleolítico, aunque su significado concreto se nos escapa.
La hipótesis más aceptada es que se trata de representaciones de diosas-madres vinculadas a la fecundidad, cosa que explicaría las formas gruesas y el hecho de destacarse partes anatómicas vinculadas a la reproducción y a la alimentación. También podrían ser simplemente divinidades protectoras del grupo humano, o incluso de personas individuales. Incluso se ha apuntado que podrían ser la representación de un ideal de belleza, lo que por otra parte no impide considerar también válida la función mágico-religiosa.
Junto a estas figuras femeninas, han aparecido figuras de animales. La más perfecta es la cabeza de caballo relinchando, tallada en asta de reno, encontrada en Mas d’Azil (Francia). Puede figurar también como prototipo de esta faceta del arte mobiliar la pareja de bisontes, macho y hembra, halladas en la cueva de Tuc d’Audoubert (Francia).
Asimismo pueden incluirse en el arte mobiliar de esta época los llamados bastones de mando tallados y los dibujos en relieve en losetas de caliza.
UNA INFORMACIÓN DE PRENSA SOBRE LAS DISCUSIONES DE LOS EXPERTOS SOBRE LA INTERPRETACIÓN DEL ARTE PALEOLÍTICO
El País - Domingo, 18 de agosto de 2002
UN GRUPO DE EXPERTOS DESENTRAÑA EL MISTERIO DEL ARTE PALEOLÍTICO ¿Cosa de chamanes? ¿Manifestación cultural para la caza? ¿Magia? ¿Diversión? Pues todo a la vez y según los casos. A esa conclusión llegaron los participantes de un curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander. JESÚS RUIZ MANTILLA
No hay una razón que explique el arte paleolítico en su conjunto, depende de cada circunstancia', asegura José Antonio Lasheras, director del Museo de Altamira. Ya nadie trata de imponer una teoría, la razón de por qué los primeros humanos, hace 30.000 años y más, empezaron a llenar las cavernas de caballos, cazadores, bisontes, mamúts... 'Los teóricos del arte prehistórico nos hemos hecho más modestos', afirma Gerhard Bosisnki, catedrático de prehistoria de la Universidad de Colonia. Los dos han sido activos participantes de un curso, titulado Significado del arte paleolítico, que se ha celebrado esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en Santander. En él, diversos expertos de todo el mundo han tratado de dar su visión de ese hecho. Todo empezó con la magia. 'Era la base de las teorías de antes de la II Guerra Mundial. Se pintaba como una suerte de arte de magia para la caza', asegura Joaquín González Echegaray, director del curso y responsable del Instituto para Investigaciones Prehistóricas Santander-Chicago. Luego llegó el estructuralismo y el psicoanálisis. Las teorías de Leroy Gourham o Max Raphael, que buscaban las razones en el inconsciente y que estuvieron de moda en los años sesenta. 'Según ellos había animales que representaban lo masculino y, otros, lo femenino, como el caballo, para los hombres, o el bisonte, para las mujeres. Todos transmitían un mensaje del que los autores no eran conscientes', asegura González Echegaray. Teorías para todos los gustos y disgustos, que trataban de dar unidad a un hecho prehistórico crucial: 'La creación, el indicio más importante de que el hombre era diferente a los animales', asegura Lasheras. Algo que forjó una conciencia de superioridad, de dominio, de poder, también. Y algo que está repartido en una región, la cornisa cantábrica española y el sur de Francia, donde se concentra la mayor manifestación de talento prehistórico en 50 cuevas importantes, según Lasheras y Bosisnski. 'Son las que tienen interés dentro de un área más grande cuyos límites van de los Urales, en Rusia, a Campo de Gibraltar, en la península Ibérica, donde están las alrededor de 300 cuevas conocidas hasta ahora en Europa'. Bosisnski, 'el mayor experto europeo en el mundo prehistórico' según Lasheras, trata de descifrar las principales motivaciones del arte. 'Eran guías para iniciar a la vida, a la cultura y a la caza a los más jóvenes. También fiestas de culto, formas de acercar a la gente a entender su cosmogonía, una explicación del todo, una orientación'. Una forma de comunicación que empezó hace 35.000 años ya con técnica depurada, como ha demostrado el descubrimiento de las pinturas en Chauvet, las cuevas cercanas a Marsella descubiertas en 1994, y se extiende hasta hace 10.000 con un punto definitivo en Altamira, cuyas figuras datan de hace 15.000 años. ¿Quiénes eran los artistas? Individuos con ascendente, influencia y autoridad, parece claro. 'Los chamanes debían saber pintar o aprender para ejercer como tales', dice Lasheras. Pero también debían ser magos, curanderos, sacerdotes. Lo que está fuera de toda duda es que tenían talentos descomunales y son artistas anónimos, reconocidos hoy por sus colegas contemporáneos'. La pregunta del millón, es averiguar dónde adquirían esa técnica, cómo aprendían a pintar cuando no había referentes, nada más que la pura y dura realidad. 'No hay claridad, no se sabe dónde empezó todo. Probablemente se iniciaron las técnicas en África y luego se fueron extendiendo a Europa', dice Lasheras. Bosinski no lo ve claro: 'En cualquier parte pudo surgir; antes de los grandes templos había pequeños objetos móviles donde de ensayaba, en piedras sueltas, cosas así'.
El Neolítico y el Arte
Los grupos de cazadores-recolectores del paleolítico europeo se transformaron lentamente (o quizás fueron sustituidos) por nuevas comunidades humanas que practicaban la agricultura, la domesticación de animales y cuyo tipo de vida pronto desembocó en el sedentarismo. A estos cambios le siguieron la aparición de la cerámica, el tejido, el urbanismo, la rueda, la navegación.
El dominio de la agricultura se considera el aspecto fundamental del período neolítico, cuyo término significa literalmente “piedra nueva” y alude a la mejor calidad de los utensilios pétreos utilizados por el ser humano. La duración del neolítico difiere de forma notable entre las distintas regiones del mundo, aunque se considera que su inicio ocurrió hace unos 10.000 años.
Del establecimiento de la ganadería y de una economía de base ganadera surge la trashumancia, que pone en contacto a los pueblos y, consecuentemente, facilita la comunicación entre gentes de culturas, tierras y tribus diversas. La emigración de tribus y la difusión de técnicas, que cada grupo aprende del grupo vecino, va extendiendo las culturas neolíticas desde su foco originario hacia el resto del mundo. De estos contactos y del desarrollo simultáneo de la agricultura surgen, entre otras cosas, los primeros molinos manuales para moler los granos que se cultivan.
Puede seguirse el Neolítico con relativa exactitud en la zona de Canaán, región en donde surgen culturas agrícolas, sedentarias, (las primeras culturas agrícolas surgieron sin duda en el Sudeste de Anatolia hacia el 8.000 a.C.) probablemente antes del 7.000 a.C. Se sabe de la siembra, recolección y almacenaje de cereales, y se sabe que domesticaron algunos animales, y entre ellos, el primero, el perro. Se construyeron poblados de casas de adobe, con cubierta plana, aproximadamente rectangulares en medianería, sin calles y con entrada por la cubierta.
La innovación se difundió con extrema rapidez y antes del 7.000 a.C. ya se constata al menos una gran ciudad, Jericó, con una superficie de unas cuatro hectáreas, con una muralla de piedra y un foso excavado de unos 8 metros de ancho por 3 metros de fondo, y con, al menos, una gran torre circular de 9 metros de altura, que se pensó servía como torre de vigilancia, con escalera para acceder al techo y a la parte alta de la muralla, pero que realmente resultó ser un muro contra inundaciones y un almacén de grano. Esta primera cultura neolítica (Neolítico pre-alfarero) duró desde aproximadamente el 7.500 a.C. al 6.500 a.C.
La pintura
La expresión pictórica que conocemos del neolítico es menos abundante y monumental que la del paleolítico, presentando como rasgo característico lo que los investigadores han denominado arte esquemático, debido a que sus motivos son siempre más estilizados.
La decoración con trazos esquemáticos aparece también sobre materiales y objetos diversos, tanto en utensilios de sílex como en la primitiva cerámica. Más tardíamente la difusión del bronce abrió nuevos campos de expresión, que coinciden con una paulatina transformación de las distintas sociedades europeas, donde los anteriores cultos a las diosas-madre se sustituyen en el ámbito religioso por un acusado predominio de lo masculino.
Las construcciones
Las construcciones megalíticas llaman poderosamente la atención tanto por su carácter colosal como por sus enigmáticos significados. Estas grandes construcciones fueron realizadas por culturas que habitaban básicamente la parte occidental de Europa, desde los países nórdicos hasta la península ibérica. Su cronología alcanza desde el neolítico, cuando se construyeron quizás las estructuras más simples, hasta la plena edad del bronce, cuando fueron realizados conjuntos tan monumentales como el célebre santuario de Stonehenge, en Gran Bretaña.
La arquitectura megalítica se caracteriza por el uso de colosales bloques de piedra, que pueden colocarse alzados de forma individual (menhires) o bien disponerse en grupos de tres o más bloques formando una estructura arquitrabada (dólmenes). Son habituales los conjuntos ordenados de menhires, que se denominan alineamientos cuando se disponen en líneas rectas, o cromlechs si su composición en circular.
Los menhires acostumbran a ser simples bloques de piedra en estado natural, aunque en ocasiones están toscamente labrados e incluso algunos tienen sencillos grabados en sus caras interiores. Su tamaño es muy variable, desde los más pequeños que no superan el metro hasta algunos extraordinariamente colosales, incluso de más de 20 m.
Entre los agrupamientos más notables, cabe destacar las de la Bretaña francesa (alineamientos de Carnal) y por supuesto los cromlechs de Gran Bretaña, entre los que sobresale Stonehenge. Su significado no está de todo claro, aunque probablemente se relacionen con algún tipo de culto solar.
Los dólmenes, en cambio, tenían una función funeraria, es decir eran el lugar para enterramientos individuales o colectivos. Aunque actualmente los vemos en la superficie, todos ellos estaban sepultados por túmulos de tierra o de piedras, dejando al descubierto tan sólo la entrada.
La cerámica
La cerámica comenzó siendo un tosco modelado a mano, de barro sin cocer. Poco a poco se fue adquiriendo la experiencia necesaria para utilizar el torno y luego apareció el gusto por la decoración. Las variadas formas de decoración de la cerámica nos han facilitado el estudio de las distintas culturas neolíticas y también la fijación de su cronología.
En la decoración encontramos que puede estar pintada o con engobe (se obtiene al sumergir la vasija húmeda en la pintura), pero en realidad esta decoración es característica del neolítico más reciente. La cerámica más primitiva aparece sin pintar y decorada por impresión (grabados): el más famoso es el cardial, en el que se imprime la concha del berberecho, esta decoración identifica a los pueblos neolíticos del Oriente Mediterráneo.Elementos de decoración:
Puede cubrir toda la vasija o sólo en partes, formando bandas horizontales sin formarlas.
Figurativas: reproducen figuras (animales: zoomorfas - plantas: fitomorfas - hombres: antropomorfas)
No figurativas: signos geométricos.